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Los inicios de la Radioastronomía: La Conexión de Radio Ham

La Radioastronomía es un descendiente directo del ("ham") radioaficionado.

A continuación de las exitosas comunicaciones transatlánticas de Guglielmo Marconi (foto de abajo) en 1901, el uso comercial de la radio creció estrepitosamente. Los barcos fueron equipados con radios, y se instalaron enormes estaciones comerciales para manejar mensajes intercontinentales después de la formación de las compañías de telégrafo, encontrándose también muchas otras utilidades para la nueva tecnología.

En aquel entonces, se pensaba que las únicas frecuencias realmente útiles para la comunicación de gran alcance eran las frecuencias muy bajas, o las longitudes de onda muy largas. Cuando el gobierno hizo las primeras regulaciones de radio en 1912, los radio aficionados ("hams"), cuyo interés en radio era personal y experimental, en lugar de comercial, se quedaron con las sobras. Se les permitió usar longitudes de onda menores a 200 metros y más cortas, aproximadamente las frecuencias que están por encima de las bandas de transmisión AM de hoy en día. Se pensaba que éstas no servían para las comunicaciones de gran alcance.

Las longitudes de onda fueron restringidas antes de que los Estados Unidos entraran en la primera guerra mundial en 1917, cuando los aficionados y otros usos de radio no gubernamentales fueron cerrados. Cuando se reanudaron las operaciones amateurs en 1919, era más obligatorio obedecer las reglas, entonces los hams debían idearse lo que se podía hacer con las ondas cortas.

Guglielmo Marconi

Gugliemo Marconi en 1896

En 1921, los aficionados empezaron a hacer acuerdos, y se esforzaron para poder comunicarse a través del Atlántico con ondas cortas. En diciembre de 1921, una estación amateur en Connecticut fue escuchada por un aficionado americano enviado a Escocia, con un innovado equipo receptor. El 27 de noviembre de 1923, los aficionados en los E.U. y Francia hicieron los primeros contactos transatlánticos de doble sentido, en frecuencias de onda corta. En los dos meses siguientes, 13 estaciones amateurs europeas y 17 americanas, habían hecho contactos transatlánticos de doble sentido con ondas cortas. En un año, los amateurs habían hecho comunicaciones entre América del Norte y América del Sur, América del Sur y Nueva Zelandia, América del Norte y Nueva Zelandia, y Londres y Nueva Zelandia.

Estos conocimientos probaron más allá de la duda de que la refracción ionosférica podría permitir la comunicación mundial con radios de onda corta. Posteriores experimentos de amateurs demostraron que usando varias frecuencias en el área de onda corta (3-30MHz), se podrían mantener comunicaciones de amplio campo durante el día y la noche. Además las comunicaciones de onda corta fueron realizadas con transmitores de poca fuerza, no como las gigantes; transmisores de muchos kilovatios necesarios para comunicaciones de gran espacio en las frecuencias más bajas.

Una vez que los hams demostraron el valor de la onda corta de radio, muchas firmas comerciales se interesaron. Una de ellas fue la compañía de teléfonos, la cual pensó que se podrían usar las conexiones de onda corta para llevar llamadas telefónicas intercontinentales, ahorrando el costo del cable en el suelo marino. Sin embargo, como cualquier "ham" o radioescucha de ondas cortas conoce, la comunicación de onda corta está sujeta a mucho más ruido. La compañía de teléfonos encontró la forma de identificar y mitigar este ruido.
Karl Jansky

Karl Jansky

En los laboratorios de AT&T Bell en Nueva Jersey, a un joven ingeniero de radio llamado Karl Jansky (izquierda) se le asignó la tarea de identificar el origen del ruido de la onda corta. El construyó una antena altamente direcional que trabaje con 22MHz, y empezó a hacer observaciones sistemáticas. Encontró que la mayor parte del ruido se debía a tormentas eléctricas y otras causas terrestres. Sin embargo, el encontró una fuente de ruido que aparecía cuatro minutos más temprano cada día. Como la mayor parte de astrónomos conoce, ésa es una señal reveladora de algo que está fuera de la Tierra. Realmente, lo que encontró Jansky, fue ruido de radio emitido del centro de nuestra Vía Láctea. Él descubrió esto en 1932 y lo anunció en 1933. Su anuncio fue publicado en las primeras páginas del New York Times el 5 de mayo de 1933.

Para los astrónomos más profesionales, el descubrimiento de Jansky fue una simple curiosidad, y decidieron no continuar con eso. En Wheaton, Illinois, finalmente las noticias llegaron a Grote Reber, otro ingeniero de radio, quien era un ávido radio aficionado. Reber pasó mucho tiempo haciendo contactos de larga distancia en las bandas amateur de ondas cortas. Él hizo contactos con todos los continentes y con 60 países extranjeros. En ese entonces, esto fue una gran hazaña, y Reber recapacitó, escribiendo luego: "ya no hay más mundos para conquistar." Cuando se enteró del descubrimiento de Jansky, él encontró algunos otros mundos.

En 1937, Reber construyó su propia antena parabólica de 32-pies de diámetro en su patio trasero, para buscar emisiones de radio. En la era cuando los satélites artificiales eran solamente un sueño y estaba en proceso la invención de la televisión, esta antena originó sorprendentes comentarios de sus vecinos.

Como un ávido experimentador de VHF/UHF, Reber trabajaba con un equipo que llegó al límite de la ejecución de alta frecuencia. En la primavera del año 1939, él pudo detectar con su equipo emisiones cósmicas de radio. En 1941, él hizo su primera inspección del cielo en longitud de ondas de radio. Reber continuó trabajando en Radioastronomía durante muchos años, y sus resultados fueron publicados en "Proceedings of the Institute of Radio Engineers", el"Astrophysical Journal", y el "Journal of Geophysical".

Grote Reber

Grote Reber

Siendo el segundo astrónomo de radio, Grote Reber (izquierda) sentó las bases para hazañas posteriores. Después de la segunda guerra mundial, los grandes avances en la tecnología de microondas producidas por el radar, estaban disponibles para los astrónomos, quienes continuaron seriamente con las radioobservaciones.

Ahora, Reber vive en Tasmania, aún hace experimentos de radioastronomía. Su original antena de disco parabólico permanece en los campos del Observatorio Nacional de Radioastronomía en Green Bank, West Virginia, junto a la réplica de la antena de Jansky.

Entonces, el descubrimiento accidental de las emisiones cósmicas de radio fue un resultado directo del éxito de los radio aficinados en el desarollo de las comunicaciones de onda corta. Luego de varios años de este descubrimiento, la única persona que continuaba con observaciones radioastronómicas sistemáticas y bien diseñadas era un radioaficionado.

En estos días, la conexión entre la Radioastronomía y los radio amateurs es muy fuerte. Muchos radioastrónomos prominentes, en primera instancia se interesaron en la ciencia a través de la participación de jóvenes radioaficionados. Entre estos astrónomos se encuentra el ganador del Premio Nobel en Física de 1993, Dr. Joseph Taylor de la Universidad de Princeton. Casi el 10 por ciento de los empleados del Observatorio Nacional de Radioastronomía son amateurs con licencia.

En 1997, el Club de Radioaficionados del Observatorio Nacional de Radioastronomía, obtuvo una licencia de la Comisión Federal de Comunicaciones para una estación de radio amateur con el indicativo W9GFZ, el mismo indicativo de Grote Reber en los años de 1930. Sin ser ya un radioaficionado activo, Reber todavía se siente contento de que los operadores amateurs del NRAO, aún utilicen su indicativo. El club del NRAO quiere usar el indicativo W9GFZ en el aire en eventos especiales relacionados con la radioastronomía.

Dave Finley, N1IRZ
Observatorio Nacional de Radioastronomía, Socorro, Nuevo México.


Grote Reber at Green Bank

Grote Reber posando con una de sus originales antenas en el Observatorio Nacional de Radioastronomía en Green Bank, West Virginia.


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